Esta receta es un híbrido entre unos clásicos cinnamon rolls y un pan dulce de moka y nueces pecanas que preparo desde que iba al instituto.
Estos rollitos son tiernos, dulces y un poco amargos al combinar los sabores intensos del chocolate y el café. El toque de añadir nata antes de hornearlos los hacen muy muy jugosos.
No obstante, si no te gusta el café, puedes sustituir la cantidad de café de la receta por la misma cantidad de cacao, cambiar el chocolate negro por chocolate con leche, añadir nueces, y todo lo que se te ocurra. ¡Las recetas son para jugar!
Si quieres algo más parecido a los cinnamon rolls, puedes mirar esta receta del Kringle o de los Kanelbullar, los clásicos bollitos suecos de canela, o simplemente, usar esta masa con un relleno de mantequilla, canela y azúcar moreno.

Moka Rolls
Equipment
- Horno
- Amasadora (no es impresindible)
- báscula
Ingredientes
Para la masa:
- 250 gramos de harina de media fuerza (mitad común y mitad de fuerza) o común
- 90 ml de leche tibia
- 50 gramos de azúcar
- 1 huevo a temperatura ambiente
- 8 gramos de levadura fresca (o 3 gramos de levadura seca)
- 35 gramos de mantequilla en pomada o a temperatura ambiente
- ¼ cdita de sal
Para el relleno:
- 2 cdas de café soluble (o 60 ml de café espresso sustituyéndolo por el agua de la receta)
- 50 gramos de azúcar
- 60 ml de agua (o la misma cantidad de café espresso)
- 60 gramos de chocolate negro picado fino (para fundirlo en el sirope)
- 60 gramos de chocolate negro picado fino (para extenderlo)
Antes del horno:
- 75 ml de nata 35% M.G.
Elaboración paso a paso
Para la masa:
- En un bol (o en la amasadora) combinamos todos los ingredientes excepto la mantequilla. Amasamos 1 o 2 minutos, hasta mezclarlo todo, y dejamos reposar 5 minutos para que la harina se hidrate. De esta manera el amasado será mucho más sencillo.
- Añadimos la mantequilla en pomada y amasamos todo junto uno 5 o 6 minutos. La masa es algo húmeda y pegajosa, y está bien así. Debemos intentar no añadir más harina. Si nos es muy complicado amasarla, podemos hacer amasados de 1 minuto y reposos de 5 minutos 3 o 4 veces hasta poder formar una bola. No es necesario trabajar esta masa en exceso.
- Tras formas una bola, ponemos la masa en un bol engrasado y cubrimos para que no se reseque. La reservamos en un lugar cálido para que fermente, entre 1 hora y 1 hora y media, hasta que haya doblado de tamaño (ver nota 1).
- Una vez nuestra masa haya fermentado, enharinamos nuestra superficie de trabajo y vertemos la masa. La extendemos en forma de cuadrado de unos 35 cm de lado.
- Vertemos el sirope de café frío y lo extendemos por toda la superficie de la masa pero guardando 1 o 2 cm de margen en el borde inferior para poder cerrar el rollo. Repartimos bien el chocolate picado por toda la superficie.
- Vamos enrollando la masa hacia nosotros desde arriba hasta hacer un cilindro. Con ayuda de un cordel fino o un hilo (yo utilizo hilo dental) que pasaremos por debajo de la masa vamos cortando rollitos de unos 5 cm de grosor. Podemos marcar la masa antes por la mitadm despues en cuartos y después en octavos para asegurarnos de que sean iguales.
- Repartimos los rollitos en la bandeja de horno que vayamos usar. Para esta receta me gusta usar una redonda de 26-28 cm de diámetro. Repartiremos los rollitos separados por un par de cm, para que al fermentar se junten y al hornear no se sequen.
- Dejamos fermentar unos 45 minutos. Los rollitos deben hincharse y tocarse entre sí, pero no es necesario que doblen de tamaño. Si fermentan demasiado podrían secarse muy rápido.
- Mientras fermentan precalentamos el horno a 190-200ºC (180ºC si es con ventilador). Antes de hornear, añadimos en forma de hilo los 75 ml de nata sobre los rollitos. Esto ayudará a que estén extra jugosos.
- Horneamos 16-18 minutos hasta que crezcan y se doren levemente. Si se doran muy rápido para vuestro gusto, podéis cubrirlos con aluminio durante la cocción. Sacamos del horno y dejamos enfriar al menos 20 minutos.
Para el relleno:
- Picamos todo el chocolate finamente y reservamos 60 gramos para más tarde.
- En una cacerola ponemos el azúcar y el agua (o el café líquido, si lo usamos) y calentamos hasta que el azúcar se diluya. Añadimos el café soluble (si usamos, ver nota) y dejamos hervir a fuego bajo un minuto.
- Apartamos la mezcla del fuego y añadimos la mitad del chocolate (60 gramos). Dejamos fundir unos minutos y después removemos bien. Enfriamos.