Tengo muchos postres favoritos, y claro, la crème brûlée es uno de ellos.
En España tenemos muchísimos postres con una base parecida que le hacen la competencia (natillas y crema catalana, por ejemplo), y creo que por eso no es tan popular en nuestro país. Sin embargo, cuando he trabajado fuera, la crème brûlée es uno de esos postres que no han faltado en la carta y que siempre triunfa.

La he preparado de muchas formas. En Suecia se vuelven locos con la versión de crème brûlée de café con espuma de whisky (que imita un café Irlandés), pero mi preferida sin duda es la clásica, con una buena vainilla, buena nata y buenos huevos. Me parece uno de los postres más lujosos y delicados que existen, con la textura grasa y suave de la crema y el caramelo crujiente. Lo mejor de todo: es muy fácil de hacer.
Si os preguntáis qué diferencia una crème brûlée de una crema catalana, por ejemplo, son varias cosas: la crème brûlée lleva más nata que leche, con lo que es más grasa, no lleva ningún almidón y se cocina al horno. La crema catalana, por el contrario, se elabora con leche, se espesa con harina o almidón de maíz, según la receta, y se cocina al fuego. El resultado se parece, porque los ingredientes son similares, pero son distintas, sobre todo en la textura.
Este postre es sencillo, pero requiere buenos ingredientes; en especial la vainilla. Prepara la crème brûlée con una vaina de vainilla y deja de lado los extractos (están bien para los bizcochos, pero en la crema se nota mucho si es artificial). Una vez usada la vaina, lávala y sécala, y podrás reutilizarla para aromatizar azúcar poniéndola dentro de tu azucarero o directamente triturándola para hacer azúcar avainillado casero.

Crème Brûlée a la vainilla
Equipment
- Horno
- Cacerola
- báscula
- Soplete o pala para quemar
Ingredientes
- 350 ml de nata líquida 35% MG
- 150 ml de leche
- 1 vaina de vainilla de calidad
- 90 gramos de azúcar
- 90 gramos de yema de huevo (4 yemas grandes o 5 pequeñas)
Para quemar las crème brûlée:
- Azúcar moreno claro fino, o azúcar blanco
Elaboración paso a paso
- Empezamos juntando en una olla pequeña los 350 ml de nata y los 150 ml de leche. Cortamos la vaina de vainilla longitudinalmente, la separamos y raspamos las semillas. Añadimos la vaina y las semillas a la mezcla de leche y nata.
- Calentamos los lácteos a temperatura media hasta que rompa el hervor. Tapamos y apagamos. Si tenemos tiempo, dejamos que se infusione durante unos 30 minutos. Este paso puede hacerse con días de antelación.
- Precalentamos el horno a 100ºC sin aire.
- Pesamos y mezclamos las yemas con el azúcar hasta formar una pasta. Vertemos sobre ellas los lácteos calientes infusionados. Retiramos la vaina de vainilla (ver nota).
- Mezclamos bien hasta que el azúcar se disuelva y rellenamos nuestros ramequines o de cualquier recipiente apto para el horno. Aunque no es necesario, me gusta poner las crème brûlée en una bandeja con agua para que se cocinen al baño maría, porque si la temperatura del horno sube el agua de la bandeja evitará que hiervan.Si lo hacemos así, pondremos en la bandeja el agua ya caliente para no prolongar más el tiempo de cocción, pero podemos prescindir de este paso y cocinarlas en seco.
- Cocinamos durante unos 45 minutos o 1 hora, hasta que el centro de las crème brûlée ya no esté líquido y se mueva como un flan, blando pero cuajado.El tiempo exacto de cocción dependerá de la profundidad del recipiente donde las cozamos y de lo exacta que sea la temperatura de nuestro horno.
- Cuando estén cuajadas, sacamos y dejamos enfriar durante 30 minutos a 1 hora. Conservamos en la nevera cubiertas con film si no las vamos a consumir en el momento.
- A la hora de terminarlas, espolvoreamos una capa fina y bien repartida de azúcar moreno fino o azúcar normal y lo quemamos con una pala o un soplete con cuidado. Una vez quemada la primera capa de azúcar, añadimos otra capa fina más y repetimos el proceso, para conseguir un cristal de azúcar crujiente. Servimos inmediatamente para que el azúcar no se humedezca.