En casa somos dos y hacer bizcochos muy grandes no es una buena idea: o nos los comemos enteros (mal para entrar en los vaqueros) o se quedan duros y se acaban tirando, y el tema de tirar comida no lo llevo muy bien.
Se me ocurrió pedir unos moldes de plumcake pequeñitos, para no tener que hacer bizcochos enormes y para probarlos hice una encuesta en Instagram para que entre todos eligiéramos los sabores: el resultado fue chocolate negro, avellanas y caramelo salado.
Decidí hacer un pound cake, por aquello de la conservación. En caso de que no los conozcáis, los pound cakes o «bizcochos de libra», quatre quarts o cuatro cuartos eran bizcochos que se hacían a partes iguales de huevo, mantequilla, azúcar y harina.

El resultado era un bizcocho denso, que además se glaseaba o cubría de chocolate. Esta glasa que lo impermeabilizaba sumado a la alta proporción de grasa y azúcar daba como resultado un bizcocho que se conserva bien varios días. Forma parte de la familia de los llamados Gateaux de Voyage, que viene a ser «bizcochos de viaje», porque eran los que antiguamente podían guardarse en una cajita metálica y llevarse en los largos viajes.
Actualmente no tienen tanta azúcar ni grasa, pero siguen conservándose mejor que otros bizcochos más esponjosos. En este caso, el bizcocho es de avellanas, y está cubierto con una capa fina de chocolate negro. Por último, el caramelo salado lo corona junto con algunas avellanas caramelizadas.

Bizcocho de avellanas y chocolate con caramelo salado
Equipment
- Horno
- báscula
- Amasadora (no es imprescindible)
Ingredientes
Para el bizcocho:
- 230 gramos de azúcar
- 120 gramos de mantequilla
- 100 gramos de pasta de avellanas tostadas
- 2 huevos
- 2 gramos de sal (la punta de una cucharadita)
- 180 gramos de harina floja o común
- 180 gramos de nata líquida 35% MG
- 5 gramos de levadura química (tipo Royal) (1 cucharadita)
- 20 gramos de cacao (opcionalmente, para el marmolado)
- Mantequilla ablandada para terminar el bizcocho
Para la cobertura:
- 150 gramos de chocolate negro
- 15 ml de aceite de girasol (1 cucharada sopera)
Para el caramelo salado:
- 50 gramos de azúcar
- 50 gramos de nata líquida 35% MG
- 20 gramos de mantequilla salada (o normal + una pizca de sal)
- ½ hoja de gelatina
Para las avellanas caramelizadas:
- 20 gramos de azúcar glas
- 20 gramos de avellanas tostadas
- 1 garbancito de mantequilla
Elaboración paso a paso
Para el bizcocho:
- Comenzamos por hacer la pasta de avellanas. Para ello sólo tenemos que triturar las avellanas tostadas con la picadora durante unos minutos, hasta que empiecen a soltar sus aceites y se forme una pasta. No es necesario que quede perfectamente lisa.
- Para elaborar el bizcocho podemos hacerlo a mano o a máquina. Si lo hacemos a máquina, podemos usar las varillas o la pala. En un bol combinamos la mantequilla, la pasta de avellanas, el azúcar y la sal hasta que la mezcla sea homogénea.
- Añadimos los huevos, ligeramente batidos, y una vez incorporados añadimos la harina previamente tamizada junto con la levadura química. Mezclamos lo justo para que la harina y la se integre.
- Por último añadimos la nata y movemos con cuidado y lo justo hasta que la masa sea homogénea. Batir demasiado después de añadir la harina puede dar como resultado un bizcocho gomoso.
- El marmolado es opcional. Si queremos hacerlo, separamos la masa en dos partes y añadimos a una de ellas el cacao en polvo tamizado, y mezclamos lo justo para que quede homogénea. Si no queremos hacerlo el cacao no es necesario y avanzamos al siguiente paso.
- Precalentamos el horno a 165ºC. Engrasamos un molde de plumcake (alargado) de unos 20 cm con mantequilla y harina (o lo forramos con papel de horno).
- Vertemos dentro la masa. Si hemos hecho la masa de cacao, alternamos en capas las dos masas para hacer un efecto marmolado.
- Cocemos a 165ºC sin ventilador durante 1 hora a 1h 10 min. Si a la hora lo pinchamos y el palito sale limpio, está listo.
- Dejamos enfriar sobre una rejilla. Para bañarlo y que el chocolate se endurezca rápido, podemos congelarlo antes, aunque no es necesario (especialmente en meses fríos).
Para la cobertura de chocolate:
- Fundimos en el microondas el chocolate junto con el aceite en intervalos de 30 segundos.
- Cuando el chocolate esté fundido, lo movemos bien para que se mezcle perfectamente con el aceite y lo vertemos sobre el bizcocho, colocado sobre una rejilla y con un recipiente debajo para recoger el sobrante.
- Procuraremos que el chocolate se deslice uniformemente por las paredes del bizcocho. Para ello podemos ayudarnos con una espátula. Una vez cubierto, daremos unos golpecitos secos a la rejilla para que el exceso de chocolate caiga al recipiente. Si no hemos podido cubrirlo entero, podemos recoger este chocolate y volver a calentarlo para cubrir lo que nos falte.
Para el caramelo salado:
- Ponemos a hidratar la media hoja de gelatina en agua fría.
- En una cacerola, pesamos el azúcar y lo ponemos a fuego medio. Esperamos a que se funda sin removerlo; como mucho, podemos mover la ollita con movimientos circulares cuando empiece a fundirse.
- Una vez el caramelo alcance un bonito color dorado, añadimos la mantequilla en dados y mezclamos bien. La mezcla burbujeará. Inmediatamente añadimos también la nata y una pizca de sal, si no hemos utilizado mantequilla salada, y movemos para que la mezcla sea homogénea. Dejamos hervir unos segundos a fuego suave.
- Apartamos del fuego y añadimos la hojita de gelatina bien escurrida, mezclamos y reservamos hasta que se enfríe.
- Una vez frío y gelificado podemos ponerlo en una manga pastelera para escudillarlo encima del bizcocho, como he hecho yo, o simplemente repartirlo por encima.Si ha quedado muy duro para ponerlo en la manga (depende de la cantidad y la calidad de la gelatina) puedes calentarlo 5 segundos en el microondas o triturarlo con la batidora de mano.
Para las avellanas caramelizadas:
- Para caramelizar las avellanas de forma fácil y rápida echamos en una sartén pequeña a fuego medio-alto el azúcar glas y dejamos que empiece a fundirse.
- Añadimos entonces las avellanas y con una espátula o una lengua las removemos mientras que el azúcar se adhiere a su alrededor, se funde y se dora. Todo este proceso no dura más de 3 minutos.
- Las avellanas estén brillantes y doradas sacamos la sartén del fuego y añadimos un garbanzo de mantequilla. Removemos bien y vertemos las avellanas sobre la encimera o sobre un papel de horno y las separamos con ayuda de dos tenedores. Esperamos a que se enfríen unos minutos y una vez frías decoramos con ellas nuestro bizcocho.
Muy buen aporte. Gracias por compartirlo.